Los Pirineos se elevan en la zona norte de Navarra ofreciéndonos un paisaje de altas cumbres y hondos valles, bosques umbríos y luminosos prados alpinos, desfiladeros y cañadas.
Declinan suavemente de este a oeste y el paisaje se transforma y nos hace pasar de los escarpes kársticos del macizo de Larra y las grandes extensiones de hayedo-abetal de la Selva del Irati, al paisaje siempre verde y humanizado del valle de Baztán-Bidasoa, o a las imponentes mesetas de las Sierras de Aralar-Urbasa.
Y desde la muga de Aragón hasta la cornisa cantábrica no sólo se transforma el paisaje; el clima continental también cambia, y al acercarse al mar se vuelve atlántico.
Al encanto del paisaje se añade la variada y atractiva arquitectura rural: los núcleos compactos de calles estrechas y empedradas, propios de los Pirineos Orientales, son caseríos dispersos por valles y laderas en los Pirineos Atlánticos.

Actividades:

Senderismo por los múltiples caminos y senderos de sencillo recorrido, entre prados y bosques de hayas, donde recolectar setas y hongos de temporada.